Hace aproximadamente 4 años empecé a escuchar de esta herramienta en las noticias Fox, y me entró mucha curiosidad porque se mencionaba de manera reiterada, entonces acudí al profesor más destacado de tecnología en el colegio técnico donde laboraba, y expresó desconocerla. Sin embargo, en el presente es una de las redes sociales que goza de más popularidad en el país.
Las redes sociales son un mecanismo atractivo per se y evidente que si se utiliza para situaciones educativas sería muy positivo y significativo para los estudiantes; por ejemplo, se podría dejar trabajos de investigación donde la construcción, sugerencias, aportes y recomendaciones podrían darse por medio de Twitter. Esto indiscutiblemente enriquecería el consenso puesto que las fuentes y los recursos serían amplios y entretenidos para los educandos. Otro uso sería que el profesor podría aprovechar su popularidad y comunicar avisos, fechas importantes, sugerencias y recursos, para que exista un mayor dinamismo en el proceso de aprendizaje.
Twitter y las redes sociales son un mecanismo que ha venido a revolucionar la forma en que las comunidades interactúan, atravesando fronteras que hace algunos años se hubieran considerado imposibles de cruzar e inclusive ha trastornado el concepto tradicional que teníamos de cómo se crean conceptos de significado para una comunidad específica. Esto porque en Twitter se marcan tendencias cotidianas con la cual se crean y negocian percepciones que afectan el desarrollo de la cultura, pero con la diferencia que esas prácticas diarias se dan entre individuos que pueden estar a miles de kilómetros de distancia, y con contextos totalmente diferentes. Falta mucha teoría e investigación para poder empezar a entender cabalmente las repercusiones culturales provocadas por esta tendencia mundial.
Lacasa, P. (2002). Cultura y Desarrollo. En P. Herranz Ibarra, & P. Sierra García, Cultura y Desarrollo (págs. 17-50). Madrid: UNED.